Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente

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RIDCA - Edición Nº1 - Criminología

Dora Alicia Mayoral Villanueva, Directora

15 de junio de 2022

Victimología Corporativa durante el COVID-19

Autor. Alejandro Paredes

Por Alejandro Paredes[1]

  

PALABRAS CLAVE:

Criminología, Victimología, Empresas, Pandemia, Industria, Seguridad

En nuestra actualidad, el hablar de los tipos de riesgo que la globalización ha acarreado a todas y cada una de las esferas donde nos desarrollamos como individuos no deja de lado al sector laboral, siendo uno de los espacios que más afectados se han visto durante la etapa del confinamiento por COVID-19 y de igual forma en esta etapa post-pandemia.

En este caso quiero referir mayormente al sector industrial, del cual la mayoría de las empresas relacionadas al sector no fueron consideradas esenciales a comparación de aquellas que se dedican mayormente a la industria de los alimentos y bebidas, a la producción de artículos de higiene personal, indumentaria médica, etc.

¿Qué sucedió en nuestro sector y por qué es de importancia criminológica?

Antes de la pandemia, la mayoría de las empresas del sector industrial automotriz contábamos con certificaciones en Gestión de Riesgos (ISO 31000)[2] y en Gestión de la Continuidad del Negocio (ISO 22301)[3], y a pesar de las constantes auditorías externas e internas para identificar áreas de oportunidad, jamás tomamos en cuenta un nuevo actor en escena que vino a cambiar totalmente el panorama al que estábamos acostumbrados a desarrollar nuestras actividades industriales.

Este cambio trajo consigo distintos tipos de riesgos operacionales que posteriormente se configuraron como delito, por ejemplo, el robo masivo de datos para las empresas, espionaje y revelación de secreto industrial, fraude, extorsión, etc., por el hecho de laborar a través del llamado home office sin tener alguna garantía de la seguridad de nuestros procesos de comunicación como podrían serlo (y careciendo de ellas en su momento) redes internas de comunicación a través de apps de uso exclusivo para la empresa o uso de herramientas como laptops, smartphones, tabletas de propiedad de la compañía y de uso restringido para actividades relacionadas con la misma.

Debido a esto, los criminólogos que estamos inmersos en el sector de la seguridad de las empresas y corporaciones tuvimos que adaptarnos y desarrollar nuevas habilidades en este nuevo escenario que nos exigía una especialización que generalmente dista mucho de la criminología enseñada en las aulas y también prevención clásica. Tuvimos que involucrarnos en cuestiones de resiliencia organizacional, para poder adaptar nuestros protocolos de seguridad y prevención a las nuevas necesidades de la compañía con la finalidad de seguir siendo redituables dentro del sector industrial.

Esto significó, por ejemplo, desapegarnos de nuestros modelos de producción para generar nuevos productos, dejando así de producir elementos o piezas para vehículos y enfocarnos en la producción de piezas para ventiladores para pacientes por COVID.

Este cambió no fue ajeno a otros mercados, por ejemplo, otras empresas de la industria cervecera comenzaron a producir agua embotellada o enlatada, empresas dedicadas a la industria de la moda comenzaron a dedicarse a la producción de indumentaria médica, etc.

Muchas otras empresas no fueron capaces de desarrollar su resiliencia organizacional, mucho menos de adoptar nuevos modelos de seguridad para poder mantenerse dentro de su mercado.

¿Por qué nos interesa esto?

Porque si bien sabemos que las empresas no son responsables de lo que aconteció por la pandemia, si son responsables de como reaccionaron ante la misma. Como criminólogos, las cuestiones de prevención en este panorama comenzaron a requerir en mayor medida de esquemas que nos permitieran tener una visión de 360° para poder proteger los intereses patrimoniales, tecnológicos y, sobre todo, humanos de nuestras compañías. De esta forma podremos adaptar nuestros departamentos de gestión de crisis dentro de la compañía que se encargarán, de ser necesario, de brindar todo el apoyo victimológico dentro o fuera de la empresa a nuestros colaboradores.

Estos departamentos pueden ser los departamentos médicos, jurídicos, seguridad, trabajo social, recursos humanos, logística, etc, y pueden variar según el tipo de empresa donde laboremos.

Otra característica para tomar en cuenta es que en México se desarrolla en gran medida la exportación e importación, siendo en estas cadenas en donde esta conectado un mayor flujo e interacción de terceros y que dada esta realidad, debemos tomar en cuenta el rastro y mapeo de zonas críticas no solo a nivel regional, sino ahora, a nivel global para entender las políticas y tácticas de estos terceros sobre su manejo en temas relacionados a la seguridad, prevención, y a la pandemia. Los criminólogos actualmente deben de ser capaces de hacer análisis correctos del entorno, haciendo énfasis en las cadenas logísticas, ciberseguridad, y fenómenos sociales.

Una de estas herramientas, que aun utilizamos es una que encontramos dentro del Modelo Mexicano de Exportación para poder gestionar los riesgos a los que estamos expuestos.

El MME[4] contempla y analiza directamente los tiempos y lugares de custodia física, puntos de intercambio en nuestro mercado, custodia de activos en cada paso de la cadena de suministro, tiempos de espera, acceso datos confidenciales, y manejo de documentación.

En este sentido, una de las metodologías que trabajamos para abarcar todas estas áreas es la Metodología de Seguridad 8PT2, que dentro de nuestro sector ha resultado efectiva en este nuevo escenario post-pandemia.

Su nombre tiene que ver directamente con los esquemas que aborda en materia de seguridad, siendo así las 8P nuestros Productos, Planta Física, Personal, Políticas, Procesos, Papeleo, Precio y Pandemia. Y las T2 haciendo referencia a Terceros y Tecnología.

El uso de esta metodología nos ha permitido darnos cuenta de que la inteligencia operativa es la clave para generar modelos o protocolos preventivos en materia de seguridad.

No debemos olvidar, que de igual forma un correcto esquema de protección, tiene altas probabilidades de poder abonar a la reconstrucción de nuestro tejido social que se ha visto dañado debido a las diversas crisis que nos dejó la pandemia, que van desde la crisis a la salud, hasta la crisis económica, social, política e incluso en materia de seguridad.

De este trabajo preventivo, dependen miles de familias a nivel mundial, y es nuestro deber proteger al activo más importante de nuestras organizaciones, siendo este, nuestra gente.

[1] Licenciado en Criminología por la universidad Humani Mundial de León, Gto. con 7 años de experiencia en el sector de la industria automotriz. Diplomado en Investigación Criminal por la misma universidad (Humani Mundial) y Diplomado en Técnicas de Investigación Criminal y Forense por la CEIPEJ. Posee Certificación en Resiliencia en Crisis de Emergencias Críticas por la U.S Christian Chaplain Association (E.U)

[2] ISO 31000 Norma internacional ISO (Organización Internacional de Estandarización) orientada a proveer las herramientas necesarias para identificar, evaluar y gestionar los riesgos en las organizaciones. 

[3] ISO 22301 Norma internacional ISO (Organización Internacional de Estandarización) orientada a proporcionar protocolos para poder continuar las operaciones aún durante la manifestación de los riesgos más difíciles o inesperados.

[4] Modelo Mexicano de Exportación.

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