Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente
RIDCA - Edición Nº5 - Filosofía del Derecho
Carlos Vera Bordaberry Zalazar. Director
15 de julio de 2024
Max Weber y el Estado
Autor. Esteban Carbonell O´Brien. Perú
Por Esteban Carbonell O´Brien[1]
Analizare en este breve ensayo la obra de Max Weber. Un pensador cuya primera imagen y libros, los tuve en mis épocas de estudiante universitario. Por ello, sus estudios marcan un antes y un después en el mundo de la sociología.
De los elementos teóricos que rescato, se verifican o encuentran, la noción de individuo, la vinculación del Estado con la economía capitalista, como un origen propio de la modernidad, y aunque parezca imprevisible, la ética religiosa y las imágenes del mundo occidental.
Su obra “Economía y sociedad” consideró es la más influyente del siglo XX en materia sociológica por su estructura y por su carácter funcionalista e historicista.
Surge la duda material luego de observar su obra, si aquellos trastornos sociales ayudan a una mejor paz social en comunidad, que coadyuven a un mejor sentido de convivencia entre los seres humanos.
Con Weber se recupera el pasaje histórico, en el cual se observa que se encuentran entrelazadas las ciencias sociales, con una fuerte tradición teleológica. El sociólogo alemán luego de un tedioso análisis de la realidad, se muestra crítico de sus antecesores y no se somete a las presiones ideológicas y por el contrario, se muestra interesado por un franco desarrollo de la disciplina sociológica, con un marcado apego al método científico.
Las categorías conceptuales que rescató como propias de Weber son: (i) la cultura, (ii) la religión y (iii) los valores. Ello se observa con nítida visión en los axiomas metodológicos del autor:
- La neutralidad afectiva de la cual el investigador debe indagar respecto de ubicar una distinción entre normas y valores;
- La comprensión y el sentido subjetivo, que distinguen la sociología de Weber de otras escuelas;
- El tipo ideal a fin de ubicar y desarrollar un modelo de sociología, que involucre un proceso que inicia desde un punto de vista de la realidad empírica, a fin de construir partiendo de un tipo ideal para lograr luego, una comparación de ambas figuras;
- Los tipos de acción social que buscan reconocer un sentido a distintos tipos de acciones en cualquier contexto histórico en el cual se presente el sentido subjetivo de la acción.
En esa línea de ideas, se verifica una coherencia material, pues se verifica de la obra de Weber, una particular forma de alejamiento de las corrientes positivistas, las mismas que van en búsqueda (entendemos) de poder explicar los distintos fenómenos vinculados a determinados hechos sociales.
Weber utilizó un sesgo metodológico muy coherente y para ello, el desarrollo de su obra se funda, en los orígenes del espíritu del capitalismo, combinando el sentido subjetivo de aquellas personas que reposan su creencia sobre la base de valores religiosos.
En ese sentido, se desborda (casi de inmediato) la tarea y el desarrollo de la acción social, la cual puede ser determinante por vertientes alejadas de la economía, lo que desemboca en un carácter orientado por la sociología, siendo distinto a otras corrientes teóricas sobre la influencia del tema económico, en las distintas estructuras de la sociedad.
Se rescata también el gran valor como categoría conceptual, el establecimiento de aquellas relaciones de carácter “ideal” cifradas entre la economía y las distintas formas de comunidad de las personas humanas. En ese contexto, se busca descifrar lo vital que resulta, las formas y su estructura en distintos contextos de la historia.
Juega un rol fundamental como otra categoría conceptual, la acción social que se plasma en la realidad como una pauta de acción, a fin de poder comprender los distintos órdenes sociales, con el objeto de marcar un derrotero y por supuesto, ello implica fijar límites de manera analítica a dicha acción.
El tipo ideal desde la perspectiva de Weber se sitúa en la esfera de alcanzar un rigor de la propia acción social. Dicho tipo se cristaliza como un estándar que dibuja las características de una acción social determinada, a fin de facilitar la comprensión desde un ángulo que no implique un juicio de valor abstracto.
Dicho tipo ideal según Weber debe servir para diseñar modelos de construcción de hipótesis, de tal forma que existan cursos de acción.
La interrogante de Weber se sumerge en la búsqueda de modelos sociológicos y la forma de los patrones de acción social, con una marcada orientación de dicha acción en distintos órdenes sociales.
El pensamiento de Weber es teórico abierto, y se desarrolló al explorar sus tipos ideales y en la definición de la categoría de orden social. En ese sentido, engarza (casi perfectamente) el pasado con el presente, logrando una dinámica entre ambas estaciones de tiempo. Ello lo distingue de otras formas de análisis, que solo se concentran en el presente, lo cual implica quizás interpretaciones de tipo ideológico orientados a distintos factores del pasado.
De otra parte, se destaca el uso de una metodología multicausal, orientada al surgimiento automático de prácticas económicas. Y por esa razón, Weber verificó cuales fueron las causas de la implantación del capitalismo en occidente y por ende, analizo aquellas expectativas, a fin de una previa inmersión en sociedades no occidentales.
Es importante rescatar que todo fluye en un espacio social y político, el cual reserva una dimensión histórica y generar un debate que permita analizar el contexto social como por ejemplo, la formación de un Estado fuerte frente a una sociedad con una fuerte orientación, donde aparezcan valores que exalten el respeto por la autoridad en la vida cotidiana frente al propio Estado.
Surgen interrogantes tales como cuál debería ser el sentido, de la probada inexistencia de valores o qué clase de valores debería tener las personas en las sociedades industriales. Ello lo hizo a sabiendas de las condiciones sociales que prevalecieron en su tiempo.
La obra de Weber busca interpretar básicamente dos lugares comunes: (i) el aspecto intelectual, a fin de poder -luego de un sano debate- formular un análisis en la búsqueda de un sistema de valores y tradiciones, con una respuesta de carácter sociocultural y (ii) formar un conjunto de ideales con el objeto de la creación de una acción social que permita que el ser humano sea digno y viva en un espacio libre pero a su vez, protegido de la influencia política o grupos de poder. Por ello siempre en su obra arriba a la conclusión de un parlamento sólido, una democracia desarrollada y asentada en un Estado fuerte.
Es vital observar que existen puntos débiles y fuertes en la obra de Weber. Empecemos por los primeros. La reflexión y su punto de vista sobre aquellos procesos históricos y su mirada de la sociedad, lo cual a la larga alcanzaba niveles bastante abstractos o complejos en sus conceptos y el análisis interpretativo. Quizás excesivamente teórico como muchos piensan, y catalogado como un sociólogo estructuralista y muchas veces el desarrollo de llamado “tipo ideal” recogido en su obra, resulta inconsistente.
Sin embargo, Weber exploró las relaciones vigentes y existentes entre el plano económico y las entrelazó con otros órdenes sociales, ello a fin de fijar una posición firme respecto organizaciones legales, grupos religiosos, la burocracia, lo cual dio pautas de acción para cada caso en particular.
Y justamente otra categoría conceptual en la obra de Weber, es la burocracia, como un elemento teórico. Dicha figura se encuentra íntimamente vinculada al inicio y desarrollo del Estado moderno. Surge la idea de dominación como modelo político.
En esa línea, dicha categoría enmarca los elementos más importantes que conforman el aparato del Estado y que involucra a casi la totalidad de países del orbe. La obra de Weber es una mezcla de estudios de sociología y política y para ello, el concepto de burocracia, destaca con plena nitidez.
La burocracia se presenta por una necesidad histórica, a fin de prestar apoyo a la administración del Estado en aras de brindar un servicio a la ciudadanía. Ello sería su aspecto positivo. La contracara de la moneda es ejercer un control de la ciudadanía a través de un dominio debidamente estructurado.
Sin perjuicio, que dicho concepto, quizás sea el de menor importancia en la obra de Weber, para algunos entendidos es innegable la originalidad del autor cuando aborda la conformación del Estado y la necesidad de la presencia de un sistema de administración pública. Ello a la larga pone en práctica el poder político del gobernante de turno.
Pues es inmejorable la idea de Weber de considerar la burocracia, como el ideal instrumento de dominación. Por ende, para el autor la sociología está íntimamente ligada a la historia, pues los acontecimientos sociales y culturales van construyendo la propia historia, y ésta sirve para luego construir un sinnúmero de principios generales, que a la postre la sociología no abarca, pues el carácter de aquellos fenómenos sociales es lo que comprende a dicha ciencia social.
En esa línea, Weber considera a la sociología como “una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos” asunto que está recogido en su obra Economía y sociedad.
La sociología toma como base central, a la acción social, que reúne como dato adicional, que el sujeto debe darle vida, y por ende, hay una marcada diferencia entre la acción social y cualquier otro contacto humano.
Por ello, el sentido se presenta como un actor principal de la acción y éste busca interpretar la realidad de las cosas. Por ende Weber en la citada obra señala que la acción social debe procurar en base a la evidencia, interpretarla y dicha evidencia puede clasificarse de dos tipos: (i) racional, vale decir de forma lógica y (ii) endopática, vale decir de forma afectiva.
Entonces estamos frente a la labor de comprender, la acción, en dos variables: (i) racional y (ii) irracional. Y ello implica que la comprensión, tal como lo expresa el propio Weber en la obra najo comentario que dicha manifestación implica una “captación de la conexión de sentido en que se incluye una acción, ya comprendida de modo actual, a tenor de su sentido subjetivamente mentado”.
El autor remarca que la habitualidad del ser humano se encuentra bajo ciertos marcos normativos, y en consecuencia existe un guion pre establecido y admitidos por la sociedad.
Para las segundas conductas (irracional) basta con determinar una relación de causa y efecto, y con ello verificar los hechos que se presentan, lo cual trae consigo un sinnúmero de fenómenos que puedan determinarse.
En consecuencia, la sociología desde la perspectiva de Weber toma muy en cuenta, “conceptos-tipo” lo cual supone un conocimiento pleno de aquellos fenómenos considerados irracionales, a fin de fijar reglas de dichos fenómenos.
El papel de la sociología juega un rol fundamental cuando aborda diferenciar los tipos puros o ideales de tipos promedio, con lo cual se puede construir un tipo ideal racional o irracional, con la consecuente adecuación del sentido.
Por ello, es conveniente que la sociología avance en un análisis, a fin de dar primordial énfasis, a la construcción de tipos ideales y alcanzar un punto racional y objetivo.
La interpretación de la acción social como labor efectuada por Weber, a lo largo de su obra, contempla el estudio del comportamiento humano bajo un prisma con varias miradas: (i) aquella acción social racional con fines; (ii) la acción social racional con valores; (iii) la acción social afectiva y (iv) la acción social tradicional.
En ese orden de ideas, la acción denota un análisis social que se desarrolla progresivamente y de manera racional, según el autor.
Los seres humanos tienden a realizar en la práctica, un cúmulo de acciones y de distinta naturaleza, lo cual transita por el hecho de considerarse como una relación social.
Ello establece que se pueda diferenciar un “uso” de una “costumbre”, siendo que el primer supuesto dicha acto mantiene cierta regularidad y en el segundo supuesto, cuando su práctica implique una duración más prolongada en el tiempo.
En dicho segundo supuesto, Weber señala: “La estabilidad de la costumbre se apoya esencialmente en el hecho de que quien orienta por ella su conducta obra impropiamente”.
En consecuencia, tanto acción y relación social se presentan como modelos de conducta.
Para Weber, el orden entendido como un modelo de conducta debe contar con una legitimidad. Dicha legitimidad se busca se encuentre garantizada y por ende, se observa en un plano interno y externo.
Por tanto, para el autor, la validez legítima de un determinado orden se alcanza cuando: (i) la creencia en una tradición; (ii) la creencia afectiva; (iii) la creencia racional y (iv) la creencia en la legalidad.
En esa línea, tal como lo manifiesta Weber en su obra Economía y sociedad, la relación social deriva “cuando la acción social se inspira en el sentimiento subjetivo de los partícipes de constituir un todo” o asimismo, recalca que “la acción social se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales o también en una unión de intereses con igual motivación”.
Surgen entonces tipos de dominación y sus formas de legitimidad que implican una autoridad. Dichos tipos son: (i) dominación tradicional; (ii) dominación carismática; y (iii) dominación legal.
Frente a ello, el concepto de burocracia implica un estadio de organización y ante ello saltan a la vista, las características propias donde subyacen bases que configuran una estructura administrativa. A ello se suman, aquellas referidas al perfil del funcionario público, las cuales son necesarias para el desempeño de un determinado cargo administrativo.
Las consecuencias de dicha figura se pueden agrupar en socio-políticas y en económicas. Weber expresa que la burocracia es un recurso de poder, siendo un valioso medio de socializar las relaciones de poder.
Finalmente nos quedamos con algunas conclusiones de la lectura de su obra fundamental, antes citada, y alcanzamos a observar que aquellas situaciones orientadas a la obediencia, íntimamente ligada al concepto de dominación, requiere ganarse un espacio. Ello obliga a Estado estar en permanente atención, a fin de constituirse en un modelo de asociaciones de dominación.
Por tanto, la burocracia se erige como el aparato o instrumento administrativo del cual el Estado pone en práctica, la dominación. Sin embargo, todo indica que el Estado no solo se limita a la aplicación de apremios o apercibimientos, a los administrados, sino que se encarga de los aspectos económicos y jurídicos.
Por ende, se crea un producto, fruto del elemento histórico que a la larga generan los procesos de racionalización en materia económica y política.
La burocracia da pie a que los personajes físicos denominados funcionarios burocráticos, suelen diferenciarse del grupo social estándar, y por encargatura suelen olvidarse, que dicho concepto implica que es el canal para la prestación de un servicio, y deben ceñirse a un fin superior.
Con lo que concluimos que la figura que inspira Weber en su obra y desarrollada en clases es una construcción de un concepto: burocracia, el cual va ligada íntimamente con la realidad en todas sus vertientes (económica, social y política), con lo cual el análisis sociológico no dista de sus estudios políticos.
Bibliografía:
GIDDENS, A. (1976) Politica y sociología en Max Weber, Madrid: Alianza Editorial.
WEBER, M. (1983) Economía y Sociedad: esbozo de sociología comprensiva (6 Reimpresión) México: Fondo de Cultura Económica.
WEBER, M. (1977) Que es la burocracia? (Trad. Rufino Arar) Buenos Aires: La pléyade.
[1] (Lima, 1970) Abogado (1986-92) Candidato a Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Mendoza, Argentina (2022-24) Magister en Derecho Procesal por la Universidad de Salamanca, España (2020-21) Magister en Justicia Constitucional por la Universidad de Bologna, Italia (2019-20) Magister en Derecho Constitucional por la Universidad de Castilla La Mancha, España (2014-15) Candidato a Magister en Derecho Administrativo por la Universidad Nacional de Buenos Aires, Argentina (2022-24) Candidato a Magister en Arbitraje y Mediación Comercial por la Universidad de Salamanca, España (2024-25) Catedrático universitario en universidad locales y extranjeras. CEO en Carbonell O´Brien Abogados: www.carbonell-law.org