Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente

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RIDCA - Edición Nº1 - Derecho Antártico y Gestión Polar

Gustavo A. Lezcano. Director

15 de junio de 2022

¿A quién o quiénes se le atribuye el descubrimiento de la Antártida?

Autor. Gustavo Adolfo Lezcano

Por Gustavo Adolfo Lezcano[1]

La Antártida, continente helado que despertó muchas imaginaciones e intrigas, como así también innumerable cantidad de mitos, y fue así que, acertadamente, los griegos dotaron  al Polo Sur de un continente. Existen registros dudosos que sostienen que el primero que llegó a divisar la Antártida fue el navegante holandés Dirk Guerritisz, quien supuestamente en 1599 avistara las Islas Shetland del Sur, tanto así que en el año 2012 se instalará tres mini laboratorios construidos en contenedores en cercanía de la base británica Rothera y se le dio el nombre a esta estación científica Dirk Gerrits Pomp, en honor a este navegante. Los tres módulos instalados llevan cada uno el nombre de los barcos de la expedición: Geloof (Fe), Liefde (Amor), y Blijde Boodschap (Anunciación). Un cuarto módulo, llamado Hoop (Esperanza) -nombre de otro barco de la expedición-  fue agregado a fines de diciembre de 2012, tras partir de Europa el 3 de octubre. Ese laboratorio fue inaugurado el 27 de enero de 2013, se encuentra al servicio de los Países Bajos y opera en el verano austral. 

Sin embargo, la confirmación de la existencia de la Antártida se remonta a 1603 cuando el explorador español Gabriel de Castilla divisó una series de Islas, probablemente hayan sido las Shetland del Sur. Tiempo después,  en 1772 – 1775 el británico Jame Cook circunnavegó a la Antártida, pero sin lograr divisar tierra alguna de ese continente. Al regresar desembarcó en las Islas San Pedro. Se dice que las “Redescubrió” y las denominó Georgias del Sur, en referencia a su Rey Jorge III. La mayoría de los que se atribuyen el descubrimiento de la Antártida mencionan el avistamiento de las Shetland del Sur, (grupos de islas). 

Por su parte, los rioplatenses, al conocer que en esas heladas tierras podrían encontrar valiosos mamíferos con piles que se podían comercializar a altos precios, también enviaron diversas embarcaciones con el objetivo de obtener los beneficios de su comercialización. 

En los archivos de la Armada Argentina, constan documentos que aseveran que en septiembre de 1815 el Coronel de Marina Guillermo Brown derivado por un temporal hasta los 65º en las cercanías de las tierras antárticas. Brown se encontraba en la fragata Hércules que junto al bergantín Trinidad hostigaban a la flota española como corsario en la guerra independentista bajo el pabellón argentino. Un tiempo después, en 1817, se registró en el puerto de Buenos Aires, en documentos oficiales, la salida y el arribo de la polacra (Buque de cruz, de dos o tres palos enterizos y sin cofas.) San Juan Nepomuceno, cargado de pieles de lobos marinos desde “Patagónicas” en esa época nombrado así a Patagonia. Tierra del Fuego y más al sur. Con esa clara y solapada escritura, al decir “y más al sur” se guardaba el secreto del lugar geográfico preciso, donde se encontraban las grande manadas de lobos y focas antárticas que llenaban sus barcos de preciadas pieles. 

En agosto de 1818, a dos años de la independencia argentina de la corona española, el Consulado de Buenos Aires otorgó un permiso a don Juan pedro Aguirre, para que estableciera una factoría de lobos marinos. En su escrito de solicitud Aguirre manifestó que deseaba realizar esa empresa en cercanía de las islas del Polo Sur que se encontraban  deshabitadas (Acta Libro 8 de las actas del Consulado de Buenos Aires) (Fitte, 1973, p. 13). De ello se desprende  que el lugar se trataba de la Antártida. Fue así que el 25 de agosto de ese mismo año, se autorizó la constitución de la Sociedad Argentino-Americana, con la condición de que incorporara en las tripulaciones a patricios, en calidad de oficiales en la tripulación, para el fomento de la marina argentina. 

Se cree casi con precisión, que el Espíritu Santo, otro buque proveniente de Argentina (Quaranta, 1949, p. 10), cazó lobos marinos en las Shetland del Sur a fines de 1818. Durante la estadía del Espíritu Santo en las Islas Malvinas, tuvo un encuentro con grupo de estadounidenses, entre ellos Nathaniel Palmer, quien fuera el segundo al mando del Hersilia, buque que partió de Stonington, Connecticut en 1819 (Fitte, 1973, p. 10 y subs.) (Fitte, 1962, p. 54). El navegante Palmer (Quaranta, 1949, p. 10) se mostró con mucha generosidad con la tripulación del buque argentino, compartiendo con ellos, huevos de aves, cerdos salvajes y otros víveres que había recolectado. En confianza ya, después de compartir ese momento el capitán del Espíritu Santo le mencionó a Palmer la existencia de un lugar con una cantidad impresionante de lobos marinos, pero sin revelar exactamente las coordenadas. Pese a ello, la astucia y habilidad de Palmer se puso de manifiesto, ya que el Hercilia los siguió sin que los argentinos lo percibieran y  mientras se encontraban en trabajo de caza y faena,  el Hercilia capturó más 10.000 ejemplares. Se estima que el lugar geográfico puedo haber sido la Isla Decepción. 

Palmer fue reconocido por Norteamérica como el descubridor de la Antártida ya que con anterioridad a él, nadie quería dar precisiones del lugar de caza, por lo que éste. al registrar su viaje y aprovechando el silencio de los cazadores y exploradores foqueros, se adjudicó el descubrimiento. Pese a ello, muchos países se atribuyen tal acción sobre la Antártida, sosteniendo que todos cuentan con pruebas fehacientes que lo acreditaría. En Londres se encuentra el Archivo Británico que guarda un documento de suma importancia para la república de Chile, documento que sumado a otros harían un compendio de pruebas, que, según ese país, acreditarían que sus nacionales fueron los descubridores del continente. El documento referido es la Bitácora del Capitán Fildes, en el cual se registra durante su navegación por las latitudes heladas en búsqueda de focas y lobos marinos, el encuentro con el capitán Andrew Macfarlane, un navegante inglés, que residía en Chile y formaba parte de las Armada de ese país, el cual luego de su retiro emprendería camino hacia las aguas antárticas. De la bitácora del Capitán Andrés Macfarlane y su embarcación llamada Dragón, de pabellón Chileno, surge que su llegada a la Antártida, lo que según el entender chileno acreditaría el descubrimiento de la misma, por parte del buque de su pabellón. 

Como se desprende de todo lo dicho, el Continente Antártico fue el último en ser descubierto. Sin embargo, hay incertidumbre en cuanto a quién le corresponden los primeros pasos humanos sobre él. Probablemente los merecedores de tal honor fueron los habitantes originarios de Tierra del Fuego, exploradores, navegantes aventureros y foqueros. Esperando que el supremo nos guíe, nos guarde en su inmenso manto de amor y esta situación de acreditación cual es el país que ha descubierto la Antártida, no nos lleve a la lucha y disputa entre hermanos por un lugar destinado por el Tratado Antártico de 1959, a la Paz y a la Ciencia”

Bibliografía

Fontana P. (2014). La Pugna Antártica. Buenos Aires, Argentina: Guazuvira Ediciones, (2014). La búsqueda científica del alma. Madrid, España: Debate. 

Facchin E.L. (2020). ¿Quién descubrió la Antártida? ¿Por qué es importante?: Recuperado de http://www.cefadigital.edu.ar/bitstream/ Guzmán J.G. (2018). El descubrimiento chileno del continente antártico en la primavera austral de 1820.

[1] Fue integrante de la Armada Argentina  y docente en la Base Antártica Esperanza. Fue Técnico de Campo en Base Marambio, Antártida Argentina) , Dirección Nacional del Antártico, Instituto Antártico Argentino. Asimismo, fue Subsecretario de Gestión Antártica y Secretario de Asuntos Relativos a Antártida, Islas Malvinas y del Atlántico Sur y Sus Espacios Marinos Circundantes, de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Becario de la OEA. Curso en línea de Alimentación y nutrición 2005 (Técnico de Campo Glaciología). Es Profesor Para la Enseñanza Básica I y II ciclo EGB y Diplomado en Gestión Pública de Gobierno – Universidad Austral. Título Honorífico: Expedicionario del Desierto Blanco, expedido por el Honorable Congreso de la Nación Ley 25433. Diploma de Honor por la labor docente en la Escuela Provincial Nº 38 “Presidente Roca”, Base Esperanza, Año 2008. Diploma de Honor por la dedicación docente en la Escuela Provincial Nº 38 “Presidente Roca” – Base Esperanza- Año 2008.Distinción de la Gobernadora de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur: Diploma de Honor por la labor docente en la Escuela Provincial N° 38 “Presidente Julio Argentino Roca” Base Esperanza Antártida Argentina (Actual Escuela “PRESIDENTE RAÚL RICARDO ALFONSÍN).

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