Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente

Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente
RIDCA - Edición Nº4 - Derecho Antártico. Gestión y Geopolítica del Atlántico Sur

Edgar F. Calandín y Oscar A. Acosta. Dirección

20 de diciembre de 2023

Petrel: Corazón del esfuerzo argentino en la Antártida

Autor. David Pizarro Romero. Argentina

Por David Pizarro Romero[1]

 

Abstract

Este trabajo ha tenido por objetivos resaltar los esfuerzos, sacrificios, objetivos y desafíos de las dotaciones destinadas en la Base Antártica Conjunta Petrel durante el año 2022 de invernada en el marco de un plan mayor que apunta a transformar a dicha base en el corazón logístico de la Antártida Argentina.

El trabajo del Comando Conjunto Antártico (en adelante COCOANTAR) en la BAC Petrel consta de fases a completarse entre los años 2022 a 2027. Nos hemos enfocado en la primera fase.

La primera fase implicaba transformar a Petrel en una base permanente. Además, se debería limpiar, refaccionar y restaurar el hangar, integrar la base al sistema de comunicaciones usado por las distintas bases para conectar con el continente y entre sí, diseñar la pista de aterrizaje y preparar la zona actual de desembarco para la futura construcción de un muelle.

El trabajo se ha centrado tanto en las entrevistas que el autor realizó a los oficiales y suboficiales que invernaron en en la BAC Petrel en el 2022 como también en los apuntes personales del autor luego de estar destinado en la propia Petrel durante los meses de junio y julio de 2022.

 

Introducción

El camino hacia la Base Antártica Conjunta Petrel es difícil e imprevisible. Que el viaje sea exitoso depende de dos cosas, de la buena voluntad y los avatares logísticos de la Fuerza Aérea y de tener un clima benigno y apropiado para que se pueda volar.

Este trabajo ha buscado resaltar los esfuerzos, sacrificios, objetivos y desafíos de la dotación destinada en la Base Antártica Conjunta Petrel durante éste primer año de invernada por invernada nos referimos a pasar 12 meses en una base Antártica) en el marco de un plan mayor que apunta a transformar dicha base en el corazón logístico de la Antártida Argentina.

El trabajo del Comando Conjunto Antártico (en adelante COCOANTAR) en la BAC Petrel consta de cuatro fases a completarse entre los años 2022 a 2026. Nos enfocamos en la primera fase completada durante el 2022. El trabajo se ha centrado tanto en las entrevistas que el autor realizó a los oficiales y suboficiales que están invernando en la actualidad en la BAC Petrel como también en los apuntes personales del mismo luego de estar destinado en la propia Petrel durante los meses de junio y julio. En primera instancia se explicará y detallará la importancia del Atlántico Sur para nuestro país, tanto en clave geopolítica como geoestratégica.

La Antártida y su relevancia en el marco de nuestro Atlántico Sur

Nuestra Nación debe mirar al Atlántico Sur. No mirarlo y descuidar los intereses que tenemos en dicho mar sería un error que sin dudas puede afectar incluso nuestra existencia como Nación. Teniendo en cuenta que el 85% de nuestro comercio se realiza por vía marítima, y siendo conscientes de la magnitud de los recursos renovables y no renovables que se encuentran en el mar (de hecho, lo llamamos Pampa Azul) sobre el cual tenemos jurisdicción, si no pensamos una estrategia que tenga en cuenta el valor geopolítico del mismo estaríamos cometiendo un error gravísimo. Y es que el Atlántico Sur no es sólo importante por los recursos naturales, sino que también este mar nos conecta a las Islas Malvinas, nos conecta a la Antártida y además permite los pasos interoceánicos que se encuentran a nuestro alrededor.

En nuestro país la principal vulnerabilidad en el área del Atlántico Sur ha radicado históricamente en la falta de conciencia por parte del Estado y de su población acerca de las amenazas que enfrenta. Expertos en geopolítica de otros países han descripto al mar como el punto débil de Argentina. Según Koutoudjian, nuestro país tiene la imperiosa necesidad de controlar y proteger cinco complejos geopolíticos fundamentales: el Frente Marítimo, el Área focal de la Provincia de Buenos Aires, las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, el Polo Patagónico Austral y, por último, la Antártida. Esta falta de conciencia ha ido desapareciendo lentamente en los últimos años. En la actualidad hay cierto consenso sobre la enorme importancia estratégica, política, económica y medio ambiental que el Atlántico Sur y la Antártida poseen para nuestro país. Y es en el marco de este consenso que la política empezó a mirar hacia el sur, hacia el Atlántico Sur y en particular hacia la Antártida. En esta mirada al sur el objetivo siempre fue claro: lograr la cohesión territorial y la integración de las tierras al sur de Tierra del Fuego.

La República Argentina tiene un reclamo justo y verdadero sobre el territorio antártico. El mismo no es caprichoso, sino que se asienta en diversos y múltiples principios que le dan crédito y valor. Los argumentos que sostiene el Estado argentino son de carácter histórico, jurídico y geográfico, son el asidero para evitar que el reclamo soberano se deslegitime y diluya. El peso propio y específico de la argumentación que sostiene el reclamo argentino es un aval poderoso para el objetivo soberano.

El reclamo de soberanía en la Antártida de parte de la República Argentina – comprendido entre el meridiano 25º y 74º oeste y desde el paralelo 60º sur hasta el Polo Sur geográfico- es acompañado por los reclamos de soberanía de otros seis estados que reivindican territorialidad en el Continente Antártico. Ellos son Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega y Reino Unido.

El país opera siete bases permanentes: Orcadas, Belgrano II, Esperanza, Carlini (ex Jubany), Marambio, San Martín y desde el 2022 Petrel. Existen, además, seis bases temporales: Brown, Cámara, Decepción, Matienzo, Melchior, y Primavera. Dichas bases se utilizan principalmente para la actividad científica, dirigida por el Instituto Antártico Argentino dependiente de la Dirección Nacional del Antártico bajo la órbita de Cancillería. Las Fuerzas Armadas tienen para el país un rol fundamental en la política antártica. A través del Comando Conjunto Antártico (en adelante COCOANTAR) llevan adelante la actividad de apoyo logístico antártico por medio de la planificación y posterior desarrollo de las campañas antárticas.

Es por sí clara la importancia que, por su ubicación, como por su extensión y las vías de comunicación con las que cuenta, la Antártida posee. Para la República Argentina, ubicada en el extremo sur del continente americano, poder no sólo conectar los dos continentes, americano y antártico, sino tener soberanía sobre este canal le permitirían posicionarse como un actor relevante y de privilegio, al ser el estado que custodie el Atlántico Sur y los canales de comunicación interoceánicos e intercontinentales. Asimismo, la disposición de las islas antárticas y subantárticas le permitirían asentarse con múltiples posibilidades de generar puntos de conexión intermedios, más cercanos y que actuaran como bases de control, de acceso y de triangulación entre la República Argentina, el Continente Americano y el Continente Antártico.

Gran parte de la importancia de la Antártida radica en que se presenta como una llave de acceso y salida al Atlántico Sur y al canal bioceánico Atlántico-Pacífico. Por consiguiente, quien establezca el control del territorio antártico, puntualmente en el sector que reclama la República 40 Argentina, dominará el Atlántico Sur. Asimismo, tendrá control estratégico sobre recursos vitales y ejes de comunicación también estratégicos.

El reconocimiento de la importancia antártica, por las características geográficas y por la riqueza de los recursos que sobre su suelo y sus aguas se depositan, dan fundamento al gran valor geopolítico para la República Argentina. Asimismo, el planeamiento y la puesta en funcionamiento de la Política Antártica que se dirija a la consecución de los fines previstos en ella, y así a dar forma al acceso único e irrestricto al rico, vasto y estratégico enclave antártico, resulta uno de los impulsores geoestratégicos fundamentales.

Por otro lado, el Continente Antártico es una tierra provista de ricos, importantes y estratégicos recursos. A pesar de la apariencia inhóspita, de desértico y frío suelo, la variedad y riqueza de sus recursos naturales destacan por sobre los meros pareceres. En muchas ocasiones la sobrevaloración de las apariencias es producto del profundo desconocimiento acerca del territorio antártico.

Es en este punto donde debemos detenernos y entender el porqué de la actuación de las Fuerzas Armadas en la Antártida. Esta integración no podría haberse realizado sin su participación, ni se podría haber seleccionado mejor actor para el cumplimiento efectivo de esta meta del Estado. Por su misión, función y características operativas, las Fuerzas Armadas fueron el actor necesario, imprescindible y efectivo para el éxito de la empresa. La actividad además se extendía en el reconocimiento y relevamiento del terreno, en el trabajo para el establecimiento de las bases, en labores científicas –meteorológicas, topográficas, atmosféricas, biológicas, aeroespaciales, entre otras- y en tareas operativas.

Y es aquí donde el COCOANTAR mantuvo y ganó relevancia gracias a diversos proyectos en ejecución tendientes a reforzar la presencia argentina en la Antártida. El COCOANTAR es un elemento que conduce una operación que está en permanente desarrollo, porque la Campaña Antártica no termina cuando vuelven los buques. Ahí comienza la parte más exigente de la campaña, porque la complejidad radica en que tanto el personal militar como también científicos permanecerán en la Antártida y deberán invernar. Argentina tiene desplegadas trece bases con científicos, militares y técnicos con incidencias propias de vivir en un ambiente geográfico particular con características hostiles y de alta rigurosidad para el desarrollo de las actividades al aire libre. Esto implica una logística de alta complejidad.

Gracias a esta permanencia constante en el continente blanco, Argentina es uno de los países con más experiencia antártica. El comandante del Estado Mayor Conjunto, el Teniente General Juan Martín Paleo afirmó recientemente: “…A nivel internacional, nuestro país tiene sobradamente prestigio muy bien ganado. Somos autoridad en materia antártica, así somos reconocidos…”.

El COCOANTAR efectúa las Operaciones Logísticas Antárticas en un ambiente multidisciplinario.  Con actores estatales y no estatales. La implementación de tecnologías y métodos en el Territorio Antártico mejora los esfuerzos operacionales, pese a las barreras técnicas y económicas. A su vez, la Antártida experimenta constantemente cambios de paradigma, dónde busca una nueva visión global y mejoras en las prácticas. De igual importancia que la innovación, el entorno medio ambiental refleja un requisito importante a considerar por el impacto que puede provocar. Por ende, las innovaciones en la Antártida deben ser congruentes a los fines Antárticos.

Respecto a los objetivos operacionales del COCOANTAR, los mismos se basan en la Misión del COCOANTAR establecida en el Artículo 2º y Anexo I al Decreto Nº 368/2018 a través del cual se constituyó con carácter permanente y en el Artículo 1º de la Resolución Nº RESOL-2018-696-APN-MD de fecha 02 de julio de 2018, y son los siguientes:

Lograr la eficiencia del sostén logístico antártico en tiempo, espacio y cantidad oportuna de acuerdo a los requerimientos recibidos de las bases antárticas y otros requerimientos de la DNA. Especialmente a todo lo referente a bienestar y salubridad del personal desplegado.

Incrementar el ejercicio de la soberanía a través de la presencia argentina en la Antártida mediante la modernización de la infraestructura de las bases, refugios y demás instalaciones.

Incrementar y proyectar las capacidades de apoyo logístico (terrestre, naval y aéreo) que permitan un mayor despliegue eficiente en el Sector Antártico Argentino con la finalidad ejercer mayor soberanía y apoyo a la ciencia.

Intervenir y fomentar las actividades científicas, tecnológicas y educativas desde el ámbito del COCOANTAR y apoyar a las Instituciones relacionadas con la actividad antártica.

Contribuir a la protección y preservación del medio ambiente.

Explorar y utilizar fuentes de energías alternativas tendiendo a la autonomía energética de las bases antárticas.

En cuanto a los objetivos a corto y mediano plazo tenemos los siguientes: Consolidar el Eje Ushuaia-Petrel.

Optimizar la sustentabilidad ambiental de las bases y refugios antárticos.

Alcanzar una proyección profunda en el sector antártico de interés mediante el desarrollo de al menos una posición relativa favorable (Pista de hielo azul).

Consolidar las capacidades de búsqueda y salvamento de asistencia y evacuación sanitaria, de apoyo logístico y operativo antártico.

Efectuar monitoreo de bases, instalaciones y/o medios en el Sector Antártico Argentino de interés mediante el control y vigilancia de tecnologías.

Consolidar la capacidad de brindar servicios logísticos esenciales a países miembros del tratado.

Ahora que conocemos los objetivos del Estado nacional en relación con la Antártida a través del COCOANTAR vamos a profundizar en la importancia del continente blanco para nuestro país.

Fundamentos para la importancia geopolítica y geoestratégica de la Antártida para nuestro país

Basta con observar la geografía para descubrir que la Antártida es una vía de acceso certera al continente americano. Por consiguiente, es también América un pasaje de rápida llegada al Continente Antártico. Es decir, la Antártida representa un canal de doble vía de comunicación. Los escasos y, hoy día, cercanos 1.000 Km. que separan la Antártida del suelo continental argentino, y así del continente americano, lo demuestran. Asimismo, la Antártida permite, también por su emplazamiento, acercarse y conectar con el continente africano. La distancia aproximada entre el Cabo de Buena Esperanza y el Continente Blanco es de algo más de 3.600 km. Si bien la distancia es aún grande, no pierde relevancia por la posibilidad de acceso y de conexión que de por sí existe. Por su parte la distancia entre Antártida y Ushuaia es de 1000 Km., como ya se mencionó; con Punta Arenas de 1.200 Km.; con Puerto Argentino –islas Malvinas- de 1.600 Km.; con Lyttelton –Nueva Zelanda- de 2.200 Km. y de Hobart –Tasmania, Australia- de 2.250 Km, por tan sólo nombrar algunas de las ciudades que acerca la Antártida con los continentes[2].

El emplazamiento de la Antártida en el extremo sur, lo convierte en el continente más austral del planeta. Su ubicación transforma a la superficie antártica en un enorme desierto frío. Su extensión cubre una superficie de 14.000.000 km2[3], y el diámetro entre sus extremos es de 4.500 Km.; entre otras de sus particularidades resalta el ser el continente más elevado, en virtud que su altitud promedio es de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Su superficie se encuentra rodeada por los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. El Continente posee dos zonas geológicas, Antártida Oriental y Antártida Occidental; la primera se extiende en su mayoría por el hemisferio este. En tanto, la Antártida Occidental lo hace casi totalmente dentro del hemisferio oeste. Asimismo, desde la firma del TA las áreas ubicadas al sur del paralelo 60º sur, y hasta el propio Polo Sur, a 90º, quedaron internacionalizadas y reservadas al desarrollo de actividades científicas y técnicas[4], tal como se deja manifiesto a lo largo de este trabajo.

Es por sí clara la importancia que, por su ubicación, como por su extensión y las vías de comunicación con las que cuenta, la Antártida posee. Para la República Argentina, ubicada en el extremo sur del continente americano, poder no sólo conectar los dos continentes, americano y antártico, sino tener soberanía sobre este canal le permitirían posicionarse como un actor relevante y de privilegio, al ser el estado que custodie el Atlántico Sur y los canales de comunicación interoceánicos e intercontinentales. Asimismo, la disposición de las islas antárticas y subantárticas le permitirían asentarse con múltiples posibilidades de generar puntos de conexión intermedios, más cercanos y que actuaran como bases de control, de acceso y de triangulación entre la República Argentina, el Continente Americano y el Continente Antártico.

La República Argentina, debido al legado territorial que recibió de la corona española y del Virreinato del Río de la Plata, desde su fundación en 1776, fundó sobre el territorio de la Patagonia la actividad poblacional, de exploración geográfica –con la pionera y trascendente labor de Francisco Pascasio Moreno- y de explotación de los recursos naturales. Este trabajo se proyecta de forma natural hacia el extremo sur, es decir hacia la Antártida, no sólo por la conexión de la cadena de la Cordillera de los Andes, que se sumerge en las aguas del Atlántico Sur y alcanza el territorio antártico, sino también por la extensión que proyecta la propia Cordillera de los Andes y la Patagonia sobre el Continente Blanco. Asimismo, la actividad que llevaron adelante los foqueros y exploradores argentinos, durante la primera mitad del siglo XIX, así como los actos de soberanía hasta  aquí expuestos brindan natural y soberano fundamento de la proyección natural, la extensión y soberanía histórica, jurídica y geográfica, de manera sobreentendida.

La extensión de los hechos históricos, sociales y políticos que tuvieron y tienen lugar en la Patagonia reconoce como proyección natural a la Antártida. De igual modo, la dependencia de la Antártida Argentina de la Provincia de Tierra del Fuego, que lleva el nombre de Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, asocia de forma automática a esta dependencia político-administrativa con el natural ensamble histórico-geográfico, bajo perfecta síntesis. Aquí radica el fenómeno geopolítico de rigor. Su proyección e implicancias se hacen visibles luego que el ensamble descripto se materializa y permite el imperio y entronización de los intereses nacionales sobre la Antártida Argentina. Por su parte, y en consideración de la política pública –Política Antártica-, esta política tomaría real y cabal sentido sobre un territorio histórica y jurídicamente integrado y política-administrativamente conformado. El ejercicio soberano, y su motor: el interés nacional, reivindicarían su razón y su fuerza natural. Esta díada es inalienable al Estado.

El desarrollo hacia aquello que en principio podría considerarse la periferia, es decir la Antártida, requiere de un fortalecimiento de los factores históricos, geográficos y socio- políticos favorables a la promoción e integración con el Heartland del Estado argentino. En enorme medida la real forma de la promoción e integración descripta toma acción a partir de la Política Antártica y de las campañas antárticas, como instrumento operacional de esta política pública. Esta articulación se plasma también a partir de la política poblacional antártica, la investigación científica sobre el terreno y la conexión del territorio antártico con polos de desarrollo regional en la Patagonia, República Argentina.

No es preciso hablar de incorporación de las tierras antárticas, sino de integración de estas, en razón que la Antártida Argentina forma parte natural e indivisible de la República Argentina. Su consagración y afianzamiento en términos del Derecho Internacional evitará la incursión de intereses extranjeros sobre el terreno. Gran parte de la importancia de la Antártida radica en que se presenta como una llave de acceso y salida al Atlántico Sur y al canal bioceánico Atlántico-Pacífico. Por consiguiente, quien establezca el control del territorio antártico, puntualmente en el sector que reclama la República

Argentina, dominará el Atlántico Sur. Asimismo, tendrá control estratégico sobre recursos vitales y ejes de comunicación también estratégicos.

El reconocimiento de la importancia antártica, por las características geográficas y por la riqueza de los recursos que sobre su suelo y sus aguas se depositan, dan fundamento al gran valor geopolítico para la República Argentina. Asimismo, el planeamiento y la puesta en funcionamiento de la Política Antártica que se dirija a la consecución de los fines previstos en ella, y así a dar forma al acceso único e irrestricto al rico, vasto y estratégico enclave antártico, resulta uno de los impulsores geoestratégicos fundamentales.

La reapertura de la Base Antártica Conjunta Petrel como base permanente no significa solamente sumar un motivo más al reclamo de la República Argentina sobre el sector del Continente Antártico, en esta oportunidad se pretende marcar un hito estratégico más ambicioso y amplio, que es el de construir un polo multimodal logístico y turístico de ingreso al Continente Blanco.

El vuelo

El primer tramo del viaje lo hicimos desde el aeropuerto de El Palomar hasta la Base Aérea Militar de Río Gallegos. El vuelo demora aproximadamente 5 horas y el avión elegido por lo general es un Hércules C-130 aunque también podría ser el Fokker F-28 que otro avión de transporte de carga y pasajeros que tiene la FAA. En nuestro caso fue una “chanchita”, como cariñosamente le dicen al Hércules en el entorno militar. Además de la tripulación viajamos 4 civiles, el TC (teniente coronel) Devoto, ingeniero en jefe del proyecto que se encarga de todas las construcciones que se están realizando en Petrel y el TC Martín Sakamoto, quien hoy es el Comandante de la BAC Petrel en la invernada de 2023.   En la BAM Río Gallegos nos esperaba “La Gamela”, el alojamiento militar que alberga a cada pasajero que se dirige a la Antártida. Allí hubo que pasar la noche y aguardar no uno sino 5 días hasta que por fin el parte meteorológico tanto del continente como de Base Marambio fueran favorables, en verano el cruce es más sencillo, pero de todos modos la nubosidad debe ser baja, el viento leve y la temperatura aceptable (menos de -30°C) para que el avión pueda despegar. La Base Marambio se encuentra en una meseta a 200 mts de altura, lo cual no ayuda con la climatología.

El vuelo desde Río Gallegos a Marambio demora alrededor de 3 horas. El avión al aterrizar no apaga sus motores, sino que los mantiene encendidos mientras espera que se realice la descarga de lo que lleva, puede esperar en pista hasta 4 horas.

Luego de dar una rápida vuelta por las instalaciones de la Base Marambio, seguimos rumbo a Petrel, había que aprovechar los últimos momentos de un buen clima que se estaba descomponiendo. El tercer tramo para llegar a Petrel se realizó en helicóptero. El sistema de armas Bell 212 es el encargado de recorrer en unos 30 minutos los 82 km que separan Marambio de Petrel.

En Petrel

Al llegar al enorme hangar que se encuentra en Petrel, nos esperaban varios miembros de la dotación junto a su comandante, el TC Albiero. El comandante parecía un vikingo caído en desgracia. Con el correr de los días nos daríamos cuenta de que ese aspecto se debía a que participaba de todas las tareas, era el primero en salir a trabajar y el último en volver, ganándose así el respeto de sus subordinados de la mejor manera posible, es decir, con el ejemplo.

La Base Petrel fue fundada el 22 de febrero de 1967, iniciando como base naval de ocupación permanente, hasta el año 1976 que tuvo que replegarse la dotación debido a un incendio que destruyó por completo la casa alojamiento principal. Desde esa fecha hasta el 2021, se mantuvo como base temporal albergando grupos de trabajo de verano y científicos que llevaron adelante tareas de investigación en ese sector de la Península Antártica. El 2022 fue el primer año en tener una dotación permanente, es decir durante todo el año.

Las instalaciones de la vieja Base Petrel se emplazan sobre una planicie de material pétreo suelto, conocido como Cabo Welchness (63°28´40” latitud sur – 56°13´37” longitud oeste), único sector de la Isla Dundee no cubierta por el Glaciar Rosamaría. Dicha isla es parte del Archipiélago Joinville, ubicado al noreste de la Península Antártica.

La dotación, como ya mencionamos, reside en la casa auxiliar. La misma constaba de una cocina pequeña, un cuarto para guardar cosas que hacía las veces de gimnasio, un comedor en el que podían caber hasta 30 personas, un baño con dos inodoros y dos duchas, un altillo en el cual se encuentran las comunicaciones y luego un pasillo con habitaciones a izquierda y derecha. Las primeras, algo más grandes, pertenecen a los oficiales, el comandante, TC Noel Albiero, de ejército; el segundo al mando, Teniente de Navío Álvaro A. Bigarella (Infante de marina), el Teniente 1° Darío José Fernández (Ejército) y el Encargado de Base (algo así como el padre de todos, a cargo de que todo funcione en esta convivencia en contextos de semi aislamiento) el Suboficial Mayor Roque Francisco Santillán (Ejército). Luego continúan las habitaciones de los demás miembros de la dotación. Las mismas son pequeñas y tienen 2 camas cuchetas con 2 habitantes por pieza.

A mí me tocó compartir habitación con el cabo 1° Leonardo Barbas (Ejército), carpintero, quien hacía milagros con la única herramienta que tenía (una circular) y con el Cabo Principal Roberto José Arolfo Grossi(FAA), Marula para los amigos (uno de los antárticos más alegres que conocí). Con ambos mantengo el contacto ya que están destinados en la actualidad en el COCOANTAR (Bs As) y me han contado con felicidad que ambos vuelven a la Antártida en el 2024, estarán destinados a la base más austral de todas, Belgrano II.

          Los días comienzan bien temprano, el desayuno se sirve entre las 8 y las 9 de la mañana. Los días en invierno son cortos, el sol sale a eso de las 09.30 y se pone alrededor de las 15.30hs. Apenas se termina de desayunar y hay que volver a las habitaciones a ponerse el overol especial preparado para resistir las más bajas temperaturas

El trabajo se hace de corrido en las distintas instalaciones que tiene la base. El hangar está a unos 700 metros, por ejemplo, todas las estructuras están esparcidas para evitar el mayor peligro existente en la Antártida, los incendios. Es una ironía ya que se está rodeado de agua, pero de nada sirve si la misma está en estado sólido.

A las 16.00 es el almuerzo, se trabaja de corrido para poder aprovechar las horas de sol que son pocas. Los cocineros, los suboficiales Facha y el Colo, hacen maravillas y milagros con las raciones y víveres que les llegaron a fin del año anterior.

La dotación se compone, además de los 3 oficiales y suboficiales que ya mencioné, del médico de la dotación, el Teniente 1° “doki”, los mecánicos Canteros, Miño y Soria, los mecánicos de instalaciones Morinigo y Salas, el operador de máquinas viales Sargento 1° Luna, el conductor de camiones Soto, el Sargento de Ingenieros García. Cada miembro de la dotación tiene asignada una tarea específica y pertenecen a una especialidad necesaria en la Base. Para poder estar en la Antártida todos tuvieron que realizar el curso antártico (un año de duración dónde sus cualidades técnicas y psicológicas son puestas a prueba), al cual se accede siendo los mejores en su especialidad y en su unidad, por lo cual a la Antártida podemos decir que llegan los más trabajadores y los mejores.

Después de las 16.00 afuera solo hay oscuridad y adentro tiempo libre. Las comunicaciones se realizan a través del ARSAT y por lo general son buenas salvo en tiempos de temporal. Y en invierno las tormentas son frecuentes, pero de todas formas la comunicación funcionaba bastante bien gracias a los esfuerzos diarios del teniente Fernández, un gigante de más de 1.90 al que por supuesto apodaban Chiquito.

Convivencia

Según el el TC Albiero y el CN Bigarella, comandante y segundo al mando respectivamente, la convivencia es uno de los 3 desafíos más grandes al liderar una dotación en la Antártida (logística y el ambiente hostil son las otras dos).

El Encargado de Base es el responsable de esta y del bienestar de cada miembro de la dotación. Por lo general un suboficial con experiencia, edad y rango. En Petrel esta responsabilidad le corresponde al SM Roque Santillán, con 50 años y 31 de servicio, siendo Petrel su 3ra invernada. Al ser consultado sobre el tema resaltó que fue de vital importancia lograr la cohesión del grupo y su confianza en la posibilidad de cumplir los objetivos propuestos y en la capacidad de los oficiales y de los compañeros. Todos los miembros de la dotación en las entrevistas sin excepción resaltaron que las dificultades extras que presentaba Petrel (frente a otras bases ya constituidas) los unieron y entre todos se ayudan a sobreponerse ante las adversidades. La mayoría coincidió en que lo más difícil es estar lejos de la familia y afectos y no poder ayudar por culpa de la distancia en los problemas que pudieran surgir. Algunos han sido padres poco antes del viaje, otros han sufrido enfermedades de familiares y hasta la muerte de un padre. Pero con un gran espíritu de camaradería no solo están cumpliendo lo que se les encomendó, sino que además están disfrutando su estadía, sabedores que son privilegiados de poder representar a su ejército y a su Patria en un lugar tan particular.

Objetivos

El TC Albiero (4 invernadas en su haber) indicó que las tareas verbales explícitas impuestas eran transformar a Petrel en una base permanente, para esto era necesario restaurar y reacondicionar la casa habitación para poder alojar a los 21 integrantes de la dotación con un mínimo de comodidad, no había calefacción ni espacios comunes, no había mobiliario ni depósito de suministros, la instalación eléctrica era inestable (había que construir una usina) y las comunicaciones eran muy deficientes, además había que poner en funcionamiento la cámara frigorífica, el incinerador, el sistema cloacal y el derretidor para la obtención de agua. Además, se debería limpiar, refaccionar y restaurar el hangar, integrar la base al sistema de comunicaciones usado por las distintas bases para conectar con el continente y entre sí, diseñar la pista de aterrizaje y preparar la zona actual de desembarco para la futura construcción de un muelle.

En noviembre de 2021 un grupo de 6 oficiales y suboficiales sirvieron de avanzada, y aunque con medios limitados se las arreglaron para dejar la base habitable a fin de recibir al resto de la dotación.

Luego todos trabajarían sin descanso aprovechando al máximo las casi 20 horas de luz que el verano antártico brinda. Se priorizaron las reparaciones del hangar ya que en el estarían el taller y la carpintería, y una vez puestos en marcha ambos ayudarían a los arreglos de la casa habitación, además que en el invierno las horas de luz disminuyen a unas 6hs al día y las temperaturas promedian unos 20, lo cual dificultaría el acceso al hangar (a unos 700mts de la casa). Además, en el mes de febrero se pudo instalar una antena que a través de ARSAT enlazó las Comunicaciones de la Base con el telepuerto de Campo de Mayo, pasando por cyberdefensa cosa que hace más seguras las comunicaciones. Petrel además hoy conecta a las bases de San Martín, Carlini y Belgrano II con el continente.

A su vez se demarcaron las dos pistas de aterrizaje que se construyeron en este 2023 y que están casi terminadas.

En invierno comenzaron las tareas para mejorar las comodidades de la actual casa habitación.

Conclusiones

Estando ahora transitando el fin del año 2023, podemos decir que la dotación que invernó en la BAC Petrel cumplió con éxito los objetivos materiales y logísticos que le fueron impuestos. El hangar paso de ser un lugar repleto de chatarra, hielo y rollos de hierro a un hangar que nada tiene que envidiar a uno del continente

Han instalado una usina un sistema cloacal, un derretidor de hielo para la obtención de agua se ha modernizado la cocina se ha creado un depósito de suministros bajo la casa habitación un taller mecánico y uno de carpintería entre otras cosas. Pero lo más importante ha sido el espíritu de camaradería de cuerpo forjado al fuego de las dificultades. Y lo más importante, toda la dotación volvió a continente con el objetivo principal que todos mencionaron, volver sanos y salvos. 

La función estratégica básica de nuestras Fuerzas Armadas no es otra que la de brindar a nuestro país un instrumento para proteger su territorio, su espacio marítimo y su proyección en el continente antártico para que sea capaz de proyectar poder para denegar el acceso a actores no deseados y resguardarlo para los propios propósitos.

Tal y como señala el Contralmirante Martin: “Ningún país que se precie de serio puede carecer de pensamiento geopolítico y de un sistema de defensa acordes con los objetivos nacionales”[5]. No podremos hacer efectiva nuestra definición de ser una nación bioceánica y bicontinental de otra manera, y en la medida que no podamos resolverla, la recuperación de las islas Malvinas y el ejercicio de soberanía plena en nuestro sector antártico no pasará de ser una utopía distante.

En el comedor de la Base Marambio hay una bandera argentina que reza la siguiente inscripción: “Cuando llegaste apenas me conocías, cuando te vayas me llevarás contigo”. A los antárticos les gusta repetir que no se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama. Son los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas sirviendo en el COCOANTAR quienes nos permiten al resto de los ciudadanos argentinos conocer nuestro territorio más austral, valorarlo y aprovecharlo. El mismo axioma es válido para nuestras Fuerzas Armadas. En medio de un presente geopolítico cambiante y turbulento y un futuro incierto, podemos mencionar una frase del gran Almirante Storni, el hacía referencia a la defensa marítima, pero se puede hacer extensiva a la defensa de todo el territorio nacional: “Y esto es bueno que el pueblo argentino lo sepa, que el Honorable Congreso lo tome en cuenta y que los hombres de Estado lo mediten”[6].

Transformar Petrel en una base permanente sigue el camino que la Argentina ha iniciado hace más de 100 años, apuntar a ejercer la soberanía en la porción del Atlántico Sur que le corresponde Su desarrollo es de vital importancia para los objetivos geopolíticos nacionales en el Atlántico Sur. La BAC Petrel es un fin en sí mismo ya que fortalece nuestra posición territorialista frente al Reino Unido, a Chile y a los demás estados firmantes del Tratado Antártico, y en el plano local centralizará los transportes de cargas y pasajeros, abaratará costos y ayudará a lograr una mejor calidad de vida para los hombres y mujeres que estando aislados y en condiciones adversas siguen llegando al Continente Blanco para hacer Patria.

Citas

[1] Licenciado en Historia por la Universidad del Salvador.  Maestrando en Estrategia y Geopolítica (Escuela Superior de Guerra-Universidad Nacional de la Defensa). Investigador. Docente.

[2] Argentina, “Distancia entre ciudades próximas a la Antártida”, en Antártida –Ushuaia: Puerta de entrada a la Antártida [web], disponible en http://www.tierradelfuego.org.ar/antartida [Consulta 7 de abril de 2016, 10:51 a.m.]

[3] Armada Argentina, Continente Antártico [web], disponible en http://www.ara.mil.ar/pag.asp?idItem=176 [Captura 25 de abril de 2016, 9:53 a.m.]

[4] Ibidem.

[5] Koutoudjian, A. y otros. “Geopolítica del mar argentino”. Instituto de Publicaciones Navales, Bs As, 2015, pág. 360.

[6] Storni, Vicealmirante Segundo. “Los intereses argentinos en el mar”. 2° Ed. Armada Argentina, Buenos Aires, 2009, pág 102.

Anexo Fotográfico

Imagen Nº 1

Dotación celebrando el Día de la Independencia, 09/07/22

Imagen Nº 2

Vuelo nocturno avión Hércules de las FFAA.

Imagen Nº 3

Helicópteros Bell 212

Imagen Nº 4

Localización de la Base Antártica Conjunta Petrel

Imagen Nº 5

Vista 360 del interior del Hangar (previo a las reparaciones).

Imagen Nº 6

Comedor tras refacciones

Imagen Nº 7

Sanitarios luego de los arreglos

9

Imagen Nº 8

Cabo 1° Leo Barbas, realizando  tareas con cierra circular

10

Imagen Nº 9

Autor. David Pizarro Romero. Argentina

Imagen Nº 10

Vista de la casa habitación de la BAC Petrel

Imagen Nº 11

Hangar restaurado

Imagen Nº 12

Hangar restaurado

Buscar

Edición

Número 4

20 de diciembre de 2023

Número 3

15 de julio de 2023

Número 2

20 de diciembre de 2022

Número 1

15 de junio de 2022

Portada

¿Te interesa recomendar la Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente de AIDCA?

REVISTA IBEROAMERICANA DE DERECHO, CULTURA Y AMBIENTE
ASOCIACIÓN IBEROAMERICANA DE DERECHO, CULTURA Y AMBIENTE – AIDCA
Dirección: Paraná 264, Piso 2º, Oficinas 17 y 18. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina
Código Postal:C1017AAF
Teléfono: (5411) 60641160
E-mail: info@aidca.org
Website: www.aidca.org